El reloj biológico sólo se regula por la retina
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2002 )
Los animales y también el hombre poseen un reloj interno que responde a la luz solar. La luz estimula la retina, la que a su vez trasmite el estímulo a un lugar del cerebro, llamado núcleo supraóptico. Como consecuencia de ello muchas funciones fisiológicas (especialmente hormonales) varían con los ciclos de luz-oscuridad. Si se cambia el horario de la luz, como cuando se viaja en avión, se altera todo el ciclo y toma algunos días ajustarse a la nueva realidad.
Hace cuatro años, los investigadores Scott Campbell y Patricia Murphy, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Cornell, publicaron un trabajo en el que al iluminar la piel (detrás de la rodilla) durante dos o tres horas, comprobaban que se alteraba el ciclo luz-oscuridad, retrasándose en igual periodo de tiempo (Luz y oscuridad: reloj biológico de los seres vivos). Ellos interpretaban estos resultados como que el estímulo luminoso pasaba a través de la piel hasta la sangre y por esta vía podía llegar al cerebro.
El descubrimiento impactó especialmente por las numerosas aplicaciones prácticas que de él se podían derivar, como tratar depresiones que se producen en personas por los largos periodos de oscuridad o modificar el ciclo en los viajeros para evitar las molestias del ajuste. Pero han pasado ya cuatro años de esa publicación y desgraciadamente hasta ahora nadie ha podido confirmar estos resultados. Ahora Kenneth Wright y Charles Cziesler, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, tratan también de reproducir los resultados Campbell, siguiendo estrictamente la misma metodología, pero a pesar de ello no consiguen modificar el reloj biológico mediante la estimulación de la piel detrás de la rodilla. Ellos tratan de explicar esta diferencia como debido a una errada interpretación de los cálculos estadísticos. (Science: vol. 297, del 26 de Julio de 2002, Pág. 571).